La evolución del diseño UX: de la Bauhaus a las cartas digitales


A veces olvidamos que detrás de una buena experiencia digital hay siglos de pensamiento, ensayo y error. Hoy nos parece obvio que una carta digital debe ser intuitiva, legible y atractiva. Pero nada de eso es casual. Es el resultado de una evolución que empezó mucho antes de que existieran las pantallas.

De la forma a la función: el legado de la Bauhaus

Corría 1919 cuando Walter Gropius fundó la escuela Bauhaus en Alemania. Su premisa era simple, casi revolucionaria: el diseño no debía ser solo estético, debía servir a la función. Esta idea, tan sencilla como poderosa, marcó el inicio de una nueva era en el diseño. Lo que antes era decorativo, se convirtió en herramienta.

¿Y qué tiene que ver eso con nuestras cartas digitales? Todo. Cuando diseñamos una carta no estamos solo mostrando productos, estamos guiando una experiencia. Elegimos jerarquías visuales, contrastes tipográficos, recorridos cognitivos. La lógica sigue siendo la misma: forma que respeta la función.

El diseño centrado en el usuario y el salto a lo digital

Décadas después, el diseño encontró una nueva frontera: las interfaces digitales. En los años 80 y 90, con la llegada de las computadoras personales, se empezó a hablar de “usabilidad”. El enfoque cambió: ya no diseñábamos solo objetos, diseñábamos interacciones.

Aquí nació la experiencia de usuario (UX) como disciplina. Donald Norman, uno de los pioneros, insistió en que los productos deben entenderse sin instrucciones. Un principio que aplicamos cada vez que un comensal abre una carta desde un QR y sabe al instante qué hacer.

Las cartas digitales como micro-ecosistemas de UX

Una carta digital no es un menú más. Es un pequeño ecosistema que convive con muchas variables: tiempo de espera, hambre, entorno físico, expectativas culturales. Todo eso entra en juego al diseñar. Por eso, pensar en UX no es opcional, es la base.

Desde la disposición de las categorías hasta el modo en que mostramos los precios, cada decisión afecta cómo el usuario vive la experiencia. No estamos solo listando platos, estamos diseñando un recorrido emocional.

Conclusión: el diseño no es nuevo, cambia de piel

Lo que hoy llamamos UX es parte de una historia larga. La carta digital es simplemente su nueva piel. Y entender ese recorrido nos ayuda a diseñar con más sentido, más empatía y más propósito.

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